Lentes de contacto rígidas y permeables al gas

Hoy las lentes se caracterizan por ser resistentes, duraderas y confortables.

Desde que Leonardo Da Vinci planteara por primera vez el concepto de lente de contacto allá por 1508, científicos y médicos han invertido sus vidas para volverlas más y más cómodas hasta llegar a la actualidad.

Existe un tipo de lentes conocido como lentes duras que comprende las lentes de contacto rígidas y permeables al gas (RGP). Estas lentes, originalmente de vidrio, son actualmente fabricadas con plástico, silicona o fluoropolímeros. Su principal característica consiste en mantener su forma y así permitir que un libre flujo de oxígeno circule entre los lentes y la córnea. Este mayor flujo de oxígeno entre la lente y el ojo es lo que define a una lente permeable al gas (también conocida como semirrígida), a diferencia de una lente rígida.

Estás lentes pueden compensar miopías, astigmatismo corneal e hipermetropías. En comparación con las lentes blandas, son mucho más resistentes y duraderas.

Las lentes RGP se adaptan a la forma de la córnea del paciente pero, al ser rígidas, conservan su forma mejor que las lentes de contacto blandas, y en general ofrecen una visión más nítida.

Debido al material que compone las lentes semirrígidas, se recomienda un debido cuidado e higiene para evitar suciedad y bacterias. De todos modos, la probabilidad de contraer conjuntivitis en este caso es mucho menor que con otras lentes.

Resultan ideales para aquellas personas que presentan escasa producción de lágrimas, dado que, al no tener agua entre sus componentes y no absorberla, no resecan el ojo.